La excursión del lunes parece haber sido un día lleno de actividades y momentos agradables para el grupo. Visitar el Mercadillo de Tapia les brindó la oportunidad de explorar los puestos locales y encontrar pequeños tesoros que llevar a casa. El área recreativa de Pormenande ofreció un espacio perfecto para disfrutar de un picnic al aire libre, compartiendo alimentos y risas en un entorno natural. El cafetín, un momento de descanso y charla, fue la guinda del pastel antes de regresar al hogar. Este tipo de experiencias fortalecen la comunidad y crean recuerdos duraderos para todos los participantes. Es notable cómo proyectos como este, con el apoyo de fundaciones como Alimerka y Gozalbo-Marqués, pueden enriquecer la vida social y cultural de las personas, proporcionando oportunidades para la interacción social y el disfrute de la vida comunitaria.